4. DAR

Hay cierto fetiche con la justicia en nuestra sociedad, que puede resultar peligroso. La justicia, como toda tecnología creada por el hombre desde su primer balbuceo, es un arma de doble filo. Después de todo, cuando se inventó el barco se invento el naufragio.

Si en alguna situación sentimos que dimos menos de lo que nos correspondía encontraremos que el tiempo de equilibrar las cosas ha pasado: cada momento tiene su propio equilibrio y las leyes secretas de la naturaleza nos dictan la necesidad de (re)compensar, de dar más. ¿Pero acaso no nos encontramos en esta situación casi siempre?

Dar mas. Como un mantra. En todas las situaciones, sin importar si es lo justo, ante cualquier persona, dar más a los desconocidos (la propina puede tomar muchas formas) Sin importar si lo debemos. Dar más como hábito. Este es un llamado para ser violentamente injustos. Ya le sacamos a la ley del talión todo el provecho posible.

Algunas escuelas inclusive creen que esta generosidad extra logrará encontrar el camino de vuelta hasta nosotros. Algunos lo llaman karma, pero no funciona con apenas lo justo.

Dar más porque está acorde con una de las leyes fundamentales de la naturaleza que es la exuberancia.
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